La Diosa Sekhmet, es una de las Diosas más veneradas del Panteón Egipcio, su paso por la historia fue imprescindible y su legado de poder, fuerza y bondad aún sigue vigente en las nuevas generaciones. Para tener en cuenta los datos expuestos se obtuvieron de la antigua escritura egipcia «La vaca sagrada».
En el año 2400 ac, cuando el Dios Ra era el rey de la tierra, ya había alcanzado la vejez y las personas empezaban a perder el respeto hacia él. Su pueblo conspiraba en su contra y rechazaban su poder, estaban dejando de verlo como una deidad. Ra, por su parte, que nunca imaginó que algún día estaría temeroso por perder su poder, por primera vez estaba sintiendo temor de perder el dominio de lo que él mismo había creado.
Decepcionado y amargado por el arrogante accionar de su creación, el Dios Ra, estaba dispuesto a sacrificar a la humanidad, como castigo por su traición. Prefería asesinarlos a perder su poder, sin embargo para hacerlo necesitaba ser consentido por los dioses primigenios. Estos que comprendían el Poder que aún tenía Ra, le aconsejaron que enviara su ojo con el propósito de castigarlos y destruirlos. Es así como inicia la historia de la Dios Sekhmet, la máxima representación mitológica del poder femenino.
El epíteto Sekhmet deriva de la palabra “Sejem” que traducido al español significa “violenta”, “poderosa”, y “la terrible”, tal vez por esto es que siempre era representada como una mujer vestida de rojo con cabeza de león. Tenía un disco solar que coronaba su cabeza y un cetro de cobra con la cabeza erguida en posición de ataque; este cetro sin duda es una de las representaciones más significativas de la diosa, que también llevaba un par de diamantes como ojos de su cabeza de león, y un par de flechas.
Uno de los tantos epítetos que se usaron para para mencionar a la Diosa fue «La madre de Maahes», que se trataba del nada más y nada menos Diosa Leona, la patrona del faraón, expuesto así en los textos de las pirámides. También se le llamó «la madre de los faraones«, pues muchos faraones apelaron su protección antes de ir a la guerra. Un faraón en particular: Amenhotep, estaba muy obsesionado con la diosa y es uno de los responsables de los cientos de estatuas de ella regadas por el mundo; el objetivo del faraón era crear tantas estatuas, que las personas pudiera honrarla cada día del año con una diferente.
Durante la civilización egipcia, la diosa fue muy venerada en Menfis, en toda la región del Delta, Letoplis y Luxor. Es la hija predilecta de Ra y era temida por la humanidad, su ferocidad era insaciable y muchas veces se la comparaba con las inundaciones del río Nilo.
Sekhmet también propagaba las enfermedades, pestes y todo tipo de plagas en Egipto, bebía la sangre de los caídos en la guerra e incluso de los que ella misma sacrficaba, según los textos egipcios algunas palabras de la Diosa eran las siguientes:“La ira forma parte de mi poder como mujer”. Su comportamiento hacia el enemigo era como el de una leona hambrienta que despedaza a quien quiera se le cruce en su camino, a su vez tenía la faceta de madre protectora y protectora como ninguna otra, pues la leona defiende a sus crías como no lo hace otro animal. Ella protegía el nacimiento de los faraones, así como también era la protectora de aquellos que iban a la guerra.
Los peores días para los egipcios eran los días “epagomenos”, eran muy peligrosos y temidos, ya que eran los que elegía la diosa para mandar a la humanidad todas las desgracias que ella creía que merecía, Sekhmet es una diosa de balanza, de justicia, ella equilibra el mundo y juzga la humanidad. También al final del día, y durante el comienzo de la noche eran momentos predilectos para desembocar su malestar; así como al final de una década. Sucedió que los egipcios temían de la noche y los cambios gracias a estas desgracias pasadas. Sekhmet tenía un claro próposito al llegar a la tierra, era hacer valer el nombre de su Padre el Dios Ra, desatando una cruel matanza en contra de los humanos. Ella logra su cometido y es así que Ra se arrepiente y decide detenerla para que no extinga la humanidad.
Es por esto que busca la manera de engañar a la diosa con el propósito de que se sintiera satisfecha y dejara de provocar muertes. Con ayuda de sus discípulos, Ra logra crear una bebida especial para calmar la sed de la diosa. Se trata de una bebida somnolienta a base de cerveza y ocre rojo proveniente de Elefantina. La bebida debido a su aspecto podría ser fácilmente confundida con la sangre humana. Ra inundó la bebida por los caminos que Sekhmet transitaría, y ella maravillada por ese líquido que lucía como sangre humana, decidió ingerirlo. la diosa leona que se quedó completamente dormida de embriaguez y esta fue la única manera de calmarla. Una vez que la diosa se duerme, logra olvidarse finalmente de la humanidad. Entonces, el Dios Ra la convierte en un gato doméstico con un carácter noble, a quién luego la llamaría Bastet. La siesta de la diosa es la representación de la transformación; al despertar pudo notar todo el daño causado y se dedicó a dominar su ira sirviendo a los humanos como guardiana del hogar, dando auspicio a sacerdotes en los templos que buscaban su sabiduría.
Bastet es la Diosa la Paz, se representa normalmente en forma de gato doméstico o también como una hermosa mujer con cabeza de gato. Lleva siempre puesto un Ankh, que es una cruz con un ojo, representa la vida eterna, comunicación entre dos mundos, y a veces también lleva un instrumento musical conocido como sistro, pues se dice que le gustaba cuando los humanos tocaban y cantaban ella se ponía muy feliz.
Los sacerdotes invocaban a Bastet para protegerse y sanar de las enfermedades, plagas y males de ojo que se habían propagado a través del río Nilo durante las crecidas. La Diosa Bastet también fue símbolo de fertilidad y unión en la familia, cuando había problemas familiares o demasiadas dificultades se invocaba a Bastet para traer la paz y la felicidad a cambio de un rescate. Por algo está el dicho “la Paz no tiene precio”. También llaman a la Diosa Sekhmet “la Señora del Oeste” y a Bastet “la Señora del Este” (al oeste, porque es donde muere el sol, y el este, porqué nace la vida).
Festividades dedicados a Sekhmet:
Luego de que Sekhmet se convirtiera en Bastet, Egipto nunca volvió a ser el mismo, durante el resto de su historia esta civilización vivió temerosa de que la diosa nuevamente despertara con ojos malignos. Para evitar que esto sucediera una vez al año se realizaba un festival en su honor, donde se elaboraba vino de de granadas que se le entregaba como ofrenda apaciguarla. Los festivales de Bastet se cuenta que en muchas ocasiones terminaban en orgías, y por esto luego de un largo tiempo se consideraron como símbolo de fertilidad.
Los seguidores y creyentes de Bastet siguieron acudiendo alsantuario de Bubastis, se convirtió en uno de los más visitados, los relatos aseguran que había que también era una especie de santuario de gatos. Muchos felinos convivían ahí con los sacerdotes, una de las creencias decían que en ese templo se preparaban los gatos que se ofrecían como “animales familiares” de los sacerdotes, brujos, hechiceros y magos. Antiguamente se creía que cada uno de los gatos que convivía en el santuario era algún sacerdote que reencarnaba. Para los egipcios el gato es un animal sagrado, fuente de sabiduría, protección y comunicación con el mundo de más allá.
En el Templo de la Diosa se la honraba con las siguientes palabras:
«Solo te pido que entres a mi casa con respeto. Para servirte no necesito tu devoción, si no tu sinceridad, ni tus creencias, si no tu sed de conocimiento. Entra con tus vicios, tus miedos y tus odios, desde los más grandes hasta los más pequeños. Puedo ayudarte a disolverlos. Puedes mirarme y amarme como hembra, como madre, como hija, como hermana, como amiga, pero nunca me mires como una autoridad por encima de ti mismo. Si la devoción a un Dios cualquiera es mayor a la que tienes hacia el Dios que hay DENTRO de Tí , les ofendes a ambos y ofendes al uno”
Estas palabras que tienen más de 5000 años nos enseñan el respeto hacia las fuerzas de la naturaleza que empieza con el respeto hacia uno mismo, además el camino de alguien que se vuelve hacia los dioses debe ser también la búsqueda de la verdad y la trascendencia, entendiendo que los que eligen servir a las fuerzas de la naturaleza, sirven a todos por igual, ningún dios es superior a otros porque todos se encargan de regir una parte del Universo, este es infinito a nuestros. En la Naturaleza nada existe porque sí, todo tiene un propósito, esta es unas de las leyes de la Magia.
¿Quiénes pueden apelar y trabajar con la Diosa Sekhmet? Sólo practicantes experimentados puesto que es una diosa de la guerra, su energía puede ser altamente destructiva para la persona común. Los practicantes y profesionales pedimos sus favores para renovar la fuerza, recuperar y limpiar nuestra energía del desgaste diario que provoca la atención de los problemas de los consultantes. También apelamos a ella para eliminar dificultades, vencer sobre el enemigo.
Altar a la Diosa Sekhmet:
Velas rojas, mantel negro, incienso fuerte en cantidad impar, imagen o estatuilla de la Diosa, copa de vino tinto. Tenga en cuenta que cuando se la invoca el trato debe sellarse con vino tinto para que su invocación no sea destructiva sobre el invocante.
¿Quienes pueden invocar a la Diosa Bastet? Todo aquel que tenga respeto, sobre todo respeto a los felinos. A la Diosa se la invoca para pedir la paz en el hogar, atraer la abundancia, la fertilidad, limpiar el hogar de las malas energías y hasta pedir el trabajo. El gato es un animal que adora el lujo y la comodidad, pidan que otorgue la comodidad y ella lo dará. Pero no reparen en ofrendas hacia ella, tampoco se preocupen por lo que gasten porque como bien dije antes “la Paz no tiene precio”.
A la diosa le gustan las piedras semipreciosas en su altar, las joyas, los inciensos, el calor de una hoguera o velas blancas encendidas. También se le puede ofrendar música en volumen tenue, si es música árabe instrumental mejor. Su altar debe ser de color negro, se deben otorgarle monedas como rescate.
Espero les haya gustado
S’.’A’.’
