Ognyena ("Mujer de Fuego") era la diosa eslava y romaní del fuego celestial, que enseñó a la humanidad a usar el fuego para alejar los terrores de la oscuridad.
Ella trajo lluvia, proporcionó buena salud y causó y previno incendios destructivos. Ella se manifestó en un relámpago azul. Ella es una forma de la Gran Madre Makosh y ocasionalmente equiparada con el Espíritu Santo por los cristianos, la madre dentro de la Trinidad, siendo su fuego un alma universal que infunde vida a todas las cosas, equiparada también con la Diosa gnóstica Sophia.
Sus epítetos incluyen "Madre del cálido hogar", "Guardiana del fuego celestial" y, como diosa de la sabiduría, es la "Luz guía". Pero debido a que su fuego puede causar devastación, también se la llama "La hija caída", "La doncella imperfecta", "Diosa de los volcanes", "Devoradora de la vida" e "Ira vengativa". Esto parecería hacerla algo paralela a la "Sofía" del gnosticismo o la Némesis griega, hay algunos eruditos que la comparan como el rostro oscuro de la Divina Shekhinah, o La Diosa Lilith, o la Venus Obscura, porque Ognyena puede levantar a los empobrecidos o aniquilarlos por completo.
Es la hermana del Dios del Trueno Perún. En Bulgaria, Ognyena en el sincretismo que hizo el catolicismo es considerada como la hermana del profeta Elías, quien desplazó a Perun y a quién se le atribuyó terminar con la sequía y cuyo nombre eslavo es Ilija Gromovnik, Elías el Tronador. Como también aparece en el midrash, como la hermana de Eliseo es Abisag la sunamita que apoyó a Elías, también se la relacionó con la virgen que curó al anciano rey David de muchos males del cuerpo con el fuego sagrado.
A la Diosa Ognyena a veces se la percibía como una diosa del mar, servida por sirenas mortales. Su fuego se colocó en los faros para proteger a los barcos que pasaban. Era la diosa pelirroja que atendía las plegarias y oraciones de marineros.
Con la cristianización, tomó el epíteto de Ognyena Maria, sincretizada tanto con la Virgen María o con Santa Margarita de Antioquía, quien cortó el vientre de un dragón. Esto ha permitido que su adoración, aunque tergiversada, continúe en la era moderna en Bielorrusia, Bulgaria, Rusia y Ucrania. Durante el Goreshtnitsi ("Día más caluroso"), que es su festival de verano en julio, todos los fuegos se extinguieron y se volvieron a encender en el tercer y último día de las celebraciones de Ognyena.
Siempre que se habla del fuego sagrado o del Atrushan de los Dioses nos referimos al poder del fuego y uno de los atributos más poderosos que los dioses le dieron a los humanos, tanto en su faceta de sanación, como cuando sirve como abrigo, pero también en su faceta devastadora, el fuego pertenece a los espíritus que se consideran primordiales, si hablamos de una faceta de la Diosa Makosh o Shekinah, o el caso de Némesis una Titánide encargada de la Justicia, hablamos de los dioses primigenios. No es tema menor el elemento fuego, hay que tenerle mucho respeto como tal, saber que se le da al fuego, cuando se le agradece, hablarle para pedirle consejos.
Conocer y trabajar con las diosas primigenias es tarea de todo practicante, si bien esta faceta no es para todos sino para aquellos que tienen la experiencia y el trato con las deidades de la oscuridad.
Hacer algo equivocado con el fuego puede llevarte a perderlo todo tanto en la vida real como en el mundo de más allá.
Ognyena está presente cada vez que se enciende el fuego, con cada vela, con cada fósforo, aún sin que la llamemos. Honrarla cada tanto alimentando el fuego y agradeciendo todo lo que nos otorga a lo largo del año, no se olviden que el fuego y la antorcha también representa la luz del conocimiento, el fuego alumbra, descubre la verdad. Para ella nada es oculto. Por eso se la relaciona a la Diosa Sofía.
Espero les haya gustado
S’.’A’.’
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