Vila, o Samovila es un espíritu femenino de la tierra que cambia de formas en la naturaleza. Los antiguos eslavos la veneraban para proteger su ganado y animales domésticos de mal de ojo y ladrones. Su figura aparece en la mitología Europa del Este. Es una figura recurrente en el Kosovska-Mitrovica (fafos II) de Yugoslavia en la cultura Vinca (5300 – 4000 antes de Cristo).
En el folklore popular se dice que vivía en lo más profundo de los bosques protegiendo a toda la fauna del bosque. Si alguien dañaba alguna de sus criaturas protegidas, Samovila, se hacía presente con la figura de una mujer joven y bonita que atraía a cazadores incautos a la perdión, los enloquecía haciendo que se arrojen a un barranco o un río. Samovila, cambia su forma de acuerdo a su intención adopta la forma de un animal, como de un elemento (agua, fuego, tierra, aire), como también adquiere forma humana. Ella enseñó a los humanos la manera de hacer las ceremonias correctamente en lunas llenas para que el Sol siga saliendo. Fue una de las diosas más poderosas de la Cultura Vinca. Según la tradición yugoslava, Samovila nació un día de suave lluvia brumosa, cuando el sol formaba un arco iris en miniatura sobre los árboles, también es diosa de la sanación, conocía todos los secretos de la naturaleza. En el folklore búlgaro y serbio, "Vila samodiva" (o "Vila samovila") se utiliza para describir a la doncella samodiva que conduce a los demás en sus danzas. Las danzas atraían la lluvia, los ritos de danza circular se realizaban para propiciar la fertilidad de los campos.
Samovila es acompañada por sus legiones de espíritus del bosque las Vilas, ellas son amables con los humanos que respetan sus dominios y son buenos con las criaturas que habitan en ellos.
Esta diosa trabaja con el agua y las hierbas, aquellos que la invocaban en la antigüedad lo hacían mediante danzas para llamar la lluvia, usaban el agua de lluvia y de río para hacer sanaciones, curar su ganado y animales domésticos, ella no pide más ofrenda que el buen trato con sus hijos: los animales. En el caso de los agricultores, la ofrenda era el pan dulce que se dejaba bajo los árboles en agradecimiento a los beneficios obtenidos a lo largo del año.
Espero les haya gustado.
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