Felicidad y desgracia, destino y no destino, buena suerte y mala suerte. En la antigüedad, eran dos hermanas, las doncellas del destino: las hebras celestiales, que hacían girar la vida de cada persona. Dolya, buena y alegre, es la sonriente asistente de la diosa Makosh, hizo brotar del huso un hilo liso y dorado, mientras que la hosca y torpe Nedolya hizo salir un hilo torcido, áspero y frágil. Tal fue el destino: alguien exitoso, alguien malvado, uno con un don, talento, otros con mediocridad. Dolya y Nedolya son dos aspectos que conviven en el ser de cada persona: acción y reposo, esfuerzo y pereza, depresión y stress. El aspecto que corresponde a Dolya puede amigarse con el ser habiendo entendido su naturaleza, deja al villano o al perezoso(Nedolya también es el vicio que debe ser abandonado). Las versiones serbias de tales hermanas se llaman Srecha y Nesrecha. Srecha es una niña hermosa, amable, cariñosa y diestra: ¡sostiene firmemente entre sus manos el hilo de la vida humana! Nesrecha es una anciana de pelo gris con una mirada apagada que gira un hilo demasiado delgado y fácil de romper. Hay un dicho sobre esto: "Nesrecha apenas puedes hilar", es decir, poco, mal hilado, y su hilo es frágil. Además, los eslavos del sur tienen Sudenitsy, las vírgenes de la vida y el destino, que determinan el destino de una persona al nacer. Tan pronto como nace el bebé, tres hermanas vienen a la choza y le dicen el destino. Luego se retiran en silencio. Las señoras proféticas del destino similares a ellas, contando el destino del bebé, se llaman Orisnitsy(Орисницы). Por lo general, se las representa como tres mujeres hilando: una doncella con vestido blanco, una madre con vestido rojo y una anciana con vestido negro, en otras ocasiones son representadas como seres emplumados de aspecto feo. Viven en el borde del mundo, donde el cielo converge con la tierra, y vuelan hasta llegar al lugar de reposo de los niños recién nacidos, el tercer día después de nacer para dotar al bebé con destino, bueno o malo. Sus predicciones son escuchadas solo por la madre del niño y los parientes cercanos a quienes se les prohíbe revelar la profecía; de lo contrario, podrían ser adormecidos o petrificados. Las tres Orisnitsy discuten durante mucho tiempo entre ellas qué destino asignarán a cada bebé, para que sus padres se preparen con tiempo para su llegada, a ellas se les da una ofrenda que consistía en tortas dulces, anillos y pendientes debajo de la almohada, para que el destino sea el mejor posible, no se apagaba la luz de las velas en los dormitorios de los recién nacidos para apaciguar el carácter de las dueñas del destino.
Volviendo con el mito eslavo de éstas dos diosas hermanas, dicen que con cada nacimiento de acuerdo al Karma que cada familia arrastra, por hechos pasados e historia de antepasados, cada vez que Makosh le da un hilo a una de sus hijas, este hilo va de la mano de una de ellas para bien o para mal. El niño o niña que nace con Nedolya cargará dificultad y dolor en su vida, caminos bloqueados en los tres aspectos: salud, dinero y amor. Corresponde hacer muchas limpiezas generacionales, sanar las cadenas antepasadas, ofrendar mucho para calmar esa generación angustiada. En cambio aquellos niños o niñas que nacen bajo la influencia de Dolya tienen mucha suerte a lo largo de su vida, consiguen con más facilidad sus metas y bienestar. En este caso también es importante ofrendar, dar gracias por los beneficios, incluso rendir tributo a Dolya los 25 de noviembre, preparando un altar. Dolya significa "dar", si ella tiene los hilos del destino, todo en la vida será abundante y próspero. Mientras que Nedolya significa "quitar", los hilos del destino en manos de ella sólo traerán pérdidas, mala suerte.
Espero les haya gustado.
S'.'A'.'
Fuente: bereginya.jimdo (traducido del ruso)
