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Foto del escritorSheila Arkana

EL ORIGEN DEL CUENTO PEYORATIVO DE HADAS SOBRE LA BRUJA Y EL HORNO:

Existe una tradición eslava llamada perepekaniye, zapekaniye o dopekaniye que significa "dar un golpe de horno a un niño”. El rito sobrevivió en el siglo XX entre los pueblos báltico, ucraniano, ruso y siberiano. Es la fuente de versiones exageradas, despectivas y ridículas de cuento de hadas como Hansel y Gretel estaban siendo preparados para ser horneados en el Horno de una Bruja Malvada, o el cuento eslavo de terror dónde Baba Yaga intenta hornear a un niño.

Seguro recuerdan la expresión que se dice de manera vulgar cuando hay una persona con muchos problemas de salud congénitos o tiene algún déficit de atención enseguida dicen “le falto un golpe de horno”, haciendo referencia a que no tuvo la madurez suficiente en el tiempo en que fue gestado en el útero de su madre. Hoy en día están más que comprobados por la ciencia que es un riesgo que un niño no nacido no cumpla en tiempo y forma el tiempo de gestación estipulado como normal que son 9 meses.

Antiguamente esta práctica formaba parte de un ritual de sanación por el cual se hacía renacer al niño es algo similar al bautismo dónde se renace en la gracia divina del Espíritu Santo. Este ritual fue atendido mínimamente por la madre, suegra, y babushka-znaxarka ("abuelita curandera" la partera del pueblo y boticaria, pero a veces simplemente la mujer de más edad en la aldea); además se usaba la ayuda de otros miembros femeninos de la familia.

Este ritual consistía en envolver en masa cruda de centeno al niño (simbolizando un regreso al útero de la madre y simultáneamente a la tumba) con sólo la nariz y los labios fuera, el niño estaba atado a una gran pala de pan de madera y calentado por el hogar, no lo suficientemente caliente como para hornear realmente pero si para que la levadura comience a levar la masa como y lo suficiente para que la superficie se seque un poco pero debe quedar húmedo por dentro.

Mientras el niño está en el proceso del ritual, las mujeres marchan alrededor del exterior de la casa o choza, tres veces durante el diálogo ritual, al son de un cántico que dice: "¡A medida que la pasta aumenta, también lo hace el niño! ".

La masa de centeno no era pasta ordinaria. Fue hecha con agua traída al amanecer de tres pozos diferentes por la abuela curandera. Esto representa la apertura de caminos del niño, antes se creía que un niño recién nacido que padece demasiadas dolencias y su salud es débil, se debía a una maldición o mal de ojo sobre el hogar, tenía los caminos cortados y por eso la salud no se prestaba en él. También se creía que el agua de distintos manantiales tenía el poder de sanar cualquier enfermedad por eso las Babushkas curanderas se establecieron cerca de un lago, río o laguna. Sanaban las dolencias de sus pacientes con elementos de la naturaleza.

Este ritual se hizo a los niños que no prosperaban o eran prematuros o que mostraban signos de raquitismo u otras enfermedades, en la creencia de que el aumento de masa masa de pan hacía que las enfermedades se traspasen a ella, y como resultado el crecimiento del niño sea normal, obteniendo la buena salud. En algunos lugares se hizo a cada niño para asegurar la salud futura, ya que la masa absorbió enfermedades, dolor o mala suerte del futuro.

A veces el bebé era puesto dentro de un horno en lugar de cerca de la chimenea, pero el horno no estaba en llamas, por supuesto; se había calentado y el niño con tabla de pan empujado cuando la temperatura era segura, mientras que las mujeres tienen un diálogo ritual que iniciaba con el siguiente cántico, "Hornea, Hornear, pero no hornear demasiado”.

A medida que la masa se hinchaba, el niño podría necesitar ser retirado y reinsertado en el horno (tres veces por costumbre) para asegurarse de que su boca y sus fosas nasales permanecieran descubiertas.

La Babushka Curandera, a veces una bruja declarada, tomó la enfermedad o la mala suerte en la masa del pan que se usaba en el ritual para luego expulsarlo de la vida del paciente. Esta práctica la hacían sólo aquellas que sabían tratar niños y que habían tenido una trayectoria comprobable por el Pueblo. Ya que no era segura y algunas veces terminaba en tragedia cuando lo hacía alguien con muy poca experiencia.

Luego del ritual la Babushka curandera cuidaría al bebé durante la noche, retiraría y desecharía el pan utilizado bien lejos de la casa del niño para que no pudiera encontrar su camino de regreso al niño. Al amanecer, el niño fue llevado a casa, devuelto a la vida fortalecido contra cualquier enfermedad o mala suerte en el futuro.

Hoy por hoy esta práctica quedo solo en la tradición oral y algunos relatos populares acerca del pasado de las curanderas, ya no se realizan pero es bueno conocer de donde vienen éstos cuentos tan peyorativos sobre las prácticas de remedios caseros.

Tengan en cuenta que estos rituales se hacían en la antigüedad, en la época precristiana de los ancestros eslavos, dónde no había incubadoras ni tratamientos de neonatología, dónde la gente se arreglaba como podía para salvar a sus hijos. Hoy la bujería y la homeopatía son complementarias a la medicina científica. Un brujo/a no está autorizado a curar, sólo aliviar y quitar problemas de índole espiritual. Pero, por ningún momento desprestigiar o desmerecer a los avances de la medicina moderna.

Es grato señalar que el hogar a leña o el horno para los eslavos era la morada de la diosa del hogar que se manifestaba en los carbones. Cada hogaza real de pan horneada dentro de ella era la hija de esta diosa nacida de su vientre. El horno era considerado un portal al mundo de más allá capaz de traer muchos beneficios.

Las antiguas Babushkas tenían un propósito benéfico en sus practicas, en la mayoría de los casos, porque a ellas se recurría para resolver un problema o devolverle la salud a un paciente. Nadie podía molestarlas por banalidades y tonterías, ya que recibían mucha gente en dificultades. Fue un oficio muy respetado y temido, todo esto se tergiversó y se demonizó con la expansión del cristianismo.

Hasta el día de hoy existen las Babushkas Curanderas o Sanadoras en los pueblos eslavos, pueden verse algunas entrevistas y reportajes de distintos canales de TV o en la web, todas ellas viven en la profundidad del bosque o en lugares sumamente rurales.

Espero que les haya gustado

S’.’A’.’







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