Grýla es una ogresa, o troll gigante, que devora a los niños que se portan mal, suele ser retratada como una mujer de gran tamaño, con rasgos aterradores que siempre está acompañada por un gato gigante y poco amigable con los humanos.
El mito de Grýla es uno de los más antiguos de la folklore islandés.Tenemos noticias de ella por primera vez en el SXIII concretamente, a través de dos Sagas: Slendinga Saga y Sverris Saga. Donde es nombrada y hasta le dedican un capítulo entero en la Saga de Sverri, esto nos puede dar una idea de la importancia de este personaje para los islandeses de esa época.
En esta literatura, los trolls, ogros y gigantes eran muy comunes. Su imagen se utilizaba para explicar las formaciones rocosas y las montañas. Trolls convertidos en piedra que ahora son montañas.
Aunque había varias ogresas, el nombre de Grýla es el que ha pasado con más relevancia desde la tradición oral. Pero como todas las tradiciones orales,su aspecto varía a lo largo de los siglos y se adapta a las “modas” de las distintas localidades. Según la tradición su aspecto es gigantesco y grotesco, con pezuñas en vez de pies. También tiene varias colas, aunque su número no está claro: trece, quince, o incluso cuarenta. De esas colas colgarían cien sacos, de cada una de ellas, con veinte niños dentro de cada uno.
Otras historias cuentan que tiene 300 cabezas, con tres ojos en cada una de ellas. Los números respecto a Grýla realmente aterrorizan, casi tanto como debía de hacerlo su aspecto…
En lo que todas las historias coinciden es en su buen oído. Un oído realmente excepcional, que como si de un sonar se tratase, la ayuda a detectar a los niños malos: “Grýla, te va a hervir vivo, roe tu corazón, succiona la piel de tus huesos y lame tu grasa de sus dedos”
En la actualidad siguen existiendo cuentos sobre Grýla . Uno de los más populares es el escrito por Jón Árnason:
“Gryla tiene tres cabezas y tres ojos en cada cabeza… Horriblemente dotada de una uñas largas y curvas, ojos azules helados en la parte posterior de la cabeza y cuernos como una cabra, sus orejas cuelgan hasta los hombros y se unen a la nariz delante. Ella tiene una barba en su mentón que es como hilo anudado en un tejido con nudos que cuelgan de él, mientras sus dientes son como rocas quemadas en una parrilla”
Toda esta connotación de una ogresa que devora niños en invierno tiene que ver con el tipo de clima que hay en Islandia, cualquier niño que osara ser desobediente y decidiera salir a vagar en temporada de nevadas terminaría muerto por hipotermia o con serias lesiones debido al contacto con las ventiscas, o quemaduras por congelamiento. El mito de Grýla ayudo a padres que tenían que lidiar con el aburrimiento de sus hijos en momentos en los que no podían salir de sus hogares. Además en la temporada invernal las bestias salvajes que son propias del invierno salen en busca de comida, una manada de lobos hambrientos se haría un festín con un algunos niños que vagasen solos por ahí sin supervisión.
Hay quienes piensan que la figura de Grýla es la personificación del Solsticio de Invierno. Pensemos que antes los inviernos eran una época realmente dura. Frío y hambre. Condiciones que muchas veces hacían que murieran niños.
Si bien Grýla es parte del folklore así como Baba Yaga que la malinterpreta en los cuentos de hadas como bruja malvada, como entidad Gryla tiene su máximo potencial durante el invierno, su mayor foco de actividad es sobre el Solsticio y los 12 día de Jól. Ella, es un gran espíritu de sabiduría portadora de conocimientos sobre la magia oscura, propicia el contacto con el mundo de los fallecidos y nos permite abrir el portal del mundo de los muertos. En el Hemisferio Norte el Jól es un momento donde se produce la adivinación más precisa, las hordas de los guerreros fallecidos visitan a sus familias.
Gryla es el espíritu rústico del hogar y del deber, es una entidad de balanza donde sus enseñanzas hacen foco en un mundo donde existe el bien y el mal, toda acción tiene su consecuencia e impacto en el entorno. Ella también tiene un consorte y varios hijos, además de tener una mascota que es fiel a sus órdenes.
El consorte de Grýla se llama Leppalúdi, también le atribuyen devorar niños. Según la tradición es muy perezoso, y lo único que hace es esperar sentado a que Grýla traiga “el botín”. El mito de ellos hace alusión a los hombres de la prehistoria donde eran las mujeres las que salían a cazar. Grýla y Leppalúdi tuvieron veinte hijos. Los últimos, gemelos, cuando Grýla tenía cincuenta años. Estos murieron siendo aún bebés.
Leppalúdi no fue la única pareja de Grýla. Su primer consorte se llamaba Boli, y con el tuvo a sus hijos más famosos, los Yule Lads. Boli murío de viejo. Tras su muerte, Grýla tuvo otro consorte, al cual se comió porque se aburría con él.
Los Yule Lads son 13. Todos tienen su propia personalidad. Aunque les guste atemorizar y trastornar a la gente. Aunque se les llama niños, en realidad son adultos, y su aspecto puede recordarnos a los enanos de Blancanieves. Su misión en Yule es dar regalos a los niños. Pero para ello se van turnando. Así, durante los 13 días anteriores a la Yule van visitando, uno por uno las casas. Los niños dejan en las ventanas sus zapatos y, si han sido buenos encontrarán a la mañana siguiente en ellos un regalo, si han sido malos, tendrán una papa podrida.
Los 13 Yule Lads:
Stekkjastaur. Es el primero en llegar, la noche del 12 de diciembre. Le encanta robar ovejas, atormentarlas y beber su leche.
Giljagaur. Es el segundo en aparecer. Al igual que a su hermano, le encanta colarse en los establos a robar leche.
Stúfur. Es el más joven de todos los hermanos. Le encanta lamer las cacerolas y comer los restos pegados en ellas.
Þvörusleikir. A este flacucho le encanta lamer las cucharas de madera que se usan para hacer pasteles.
Pottaskefill. Tiene al igual que su hermano Stúfur el vicio de lamer cacerolas. ¡Cuidado con dejar una olla llena de comida! No dejará nada de nada…
Askasleikir. Le agrada esconderse debajo de las camas, esperando que te duermas para robar “askur”, una especie de bol pequeño.
Hurðaskellir. Le encanta dar portazos, y cuanto más tarde mejor. El chirrido de las bisagras es su música favorita.
Skyrgámur. Su plato favorito es el Skyr, el yogourt islandés.
Bjúgnakrækir. Come toda clase de embutidos pero sus favoritos son las salchichas.
Gluggagægir. Mira por las ventanas, espía todo lo que puede robar.
Gáttaþefur. Tiene una nariz muy larga que le sirve para detectar pan. El que más le gusta es el laufabrauð, típico de la Navidad islandesa.
Ketkrókur. Su plato favorito es la carne ahumada. Siempre lleva un gancho con el que poder robarla.
Kertasníkir. Es el último de los hermanos en hacer su aparición, el 24 de diciembre. Le gusta robar velas para luego comérselas. Algunas velas eran hechas con grasa por lo cuál tenían un aroma más atractivo.
En el hemisferio Norte, en las distintas tradiciones, eslavas, germanas o escandinavas, durante el solsticio de Invierno la gente siempre acostumbró a regalar a los espíritus distintas ofrendas, siempre era bienvenido que estos espíritus toquen lo que las familias les dejaban porque esto quería decir que los espíritus estaban conformes con su accionar.
Gryla es acompañada por su mascota ó su animal familiar, el Jólaköturinn, el gato de Jól.
Jólaköturinn, es un enorme gato negro que aparece, igual que su dueña, durante la noche más larga del año. Sus orígenes, como dice la estrofa anterior, no son demasiado claros. Aparece en diversos poemas desde el s.XIX, siempre asociado al nombre de Grýla.
Es muy común en la mitología escandinava relacionada con brujas y magos, que estos fueran capaces de invocar a un ser llamado “gato troll”. Este gato era una especie de animal familiar, un espíritu asociado que trabaja para su invocante.
Jólaköturinn, también tiene gusto por la carne humana. Aunque a él le dan igual niños o adultos porque elegía a las personas que no habían recibido ropa de invierno como regalo, o quizás si habían recibido pero no la usaban durante Jól, era motivo para ser castigado.
El tema de su “obsesión” con la ropa nueva puede tener dos explicaciones en el mundo terrenal, una sería los padres,que querían que sus hijos valoren la ropa que les habían regalado en vez de juguetes, hay que tener en cuenta que no todos osaban de una buena posición para permitirse regalar ropa y juguetes a la vez. La otra enraizaría con la tradición de los granjeros de darle ropa nueva a sus trabajadores cada año.
En el Siglo XV Grýla fue asociada a la Navidad, sus hijos pasaron a formar parte del séquito de enanos que colaboraban con Santa Claus. Fue prohibido hablar de sus aspectos aterradores. Para redimir todo esto la Iglesia aceptó que volviesen con un aspecto edulcorado. Pero por suerte la verdad vence el oscurantismo y en los últimos años, los Yule Lads, de la mano principalmente del Museo Nacional de Islandia, están volviendo a sus orígenes y alejándose de Santa: “tratando de que se vistan con ropa andrajosa de los s.XVII y XVIII, llevándolos de vuelta a los marrones y negros, los colores de la lana local”.
Volviendo al tema que nos importa, el mundo espiritual, Grýla, el espíritu del Invierno personificado en una mujer aterradora, es un entidad de balanza, que pone a prueba a las personas en esta temporada. Muchos brujos profesionales la invocan para castigar a sus enemigos en la temporada invernal. Estas invocaciones resultan muy parecidas a los trabajos que se realizan con las 13 hijas de Herodes, o 13 hijas de la Diosa Morana.
Como se trabaja con Grýla:
El altar debe ser negro, esto quiere decir mantel negro.
Velas negras
Incienso fuerte, cantidad impar
Caldero encendido
Imagen de bruja e imagen de gato negro
Athame, piedra y aguja.
No hace falta ofrenda ni libación porque a ella se le entrega la carne de los enemigos. Esa ofrenda es más que suficiente. No dejo el conjuro en este posteo porque el trabajo con Grýla es únicamente para profesionales.
Espero les haya gustado
S'.'A'.'
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