Las calabazas fueron una de las primeras especies de plantas cultivadas por los humanos desde hace más de 10.000 años, ellas fueron muy apreciadas por su dureza y practicidad al ser talladas, se fabricaron utensilios de cocina, platos, instrumentos musicales, juguetes, muebles y más. Los maoríes comenzaron a tallarlos para lámparas rudimientarias hace 700 años: la palabra maorí para "calabaza" y "pantalla de lámpara" es en realidad la misma. Según el folklore irlandés, un hombre llamado Jack O'Lantern fue condenado a vagar por la tierra por toda la eternidad. Una figura fantasmal de la noche, O'Lantern camina con un carbón encendido dentro de un nabo tallado para iluminar su camino.
Esta leyenda es la razón por la cual la gente en Irlanda y Escocia comenzó a hacer sus propias versiones de la linterna de Jack tallando rostros grotescos en nabos, mangelwurzels, papas y remolachas, colocándolos junto a sus casas para ahuyentar a Stingy Jack y otros espíritus malignos que se presentan como viajeros errantes o almas en pena.
Una vez que esto se convirtió en una tradición de Halloween, las “Jack-o-Lanterns” se usaron como luminaria en el camino para las personas disfrazadas en Halloween(del 31 de octubre al 1 de noviembre), una versión gaélica tradicional de Samhain, vista como una noche en la que la división entre los mundos del los vivos y los muertos es especialmente delgado. El festival Samhain marca el final de la temporada de cosecha y el comienzo del invierno, la “mitad más oscura” del año.
Cuando los irlandeses y los escoceses emigraron a América, trayendo consigo la tradición, descubrieron que las calabazas, nativas de América, eran frutas perfectas para tallar. Calabazas Jack-o-Lanterns han sido una parte integral de las festividades de Halloween desde entonces.
Algunos creen que los Jack-o-Lanterns se originaron con el Día de Todos los Santos y representan las almas cristianas en el purgatorio. Roaming Stingy Jack está, después de todo, en lo que se consideraría el purgatorio.
Aunque la idea de que el mito de los Jack-o-Lanterns es irlandés está muy extendida, no hay investigaciones académicas sobre las costumbres y la mitología irlandesas que lo demuestren. También hay evidencia de que los nabos se usaron para lo que se llamó una "Linterna de Hoberdy" en Worcestershire, Inglaterra, a fines del siglo XVIII. Las linternas de Hoberdy tenían rostros tallados en nabos y el cabo de una vela en su interior.
EL MITO DE STINGY JACK (JACK, EL TACAÑO):
La historia de Jack-o-lantern comienza, como todas las grandes historias, con un irlandés borracho. Era conocido en su pequeño pueblo como Stingy Jack, y pagar su cuenta en el pub era su actividad menos favorita. Jack no era exactamente querido en su comunidad, y se sabía que la gente del pueblo chismeaba sobre él en privado. Una noche, el mismo Satanás se enteró de las payasadas de Jack y decidió que necesitaba tomar su alma.
Cuando Satanás se le apareció a Stingy Jack y le dijo que era su última llamada, Jack pidió tener una para el camino. Quería salir a hacer lo único que amaba: ¡beber!. La pareja se acercó arrastrando los pies al pub favorito de Jack y pidió una pinta. El cantinero exigió el pago, pero Jack no tenía dinero. El borracho tacaño ideó un plan.
Jack sugirió que Satanás usara sus poderes para convertirse en una moneda de plata para pagar la cuenta. Satanás, por alguna razón, estuvo de acuerdo y accede a convertirse en moneda, cuando esto ocurrió, Jack rápidamente guardó la moneda en su bolsillo. En ese bolsillo, tenía algo más: un crucifijo.
El Diablo quedó atrapado en forma de moneda, incapaz de volver a transformarse debido al poder de la cruz. Ahora, Jack tenía poder total sobre Satanás. Entonces pidió un favor aún más exagerado,
exigiendo que Satanás lo dejara en paz por diez años más. Satanás no tuvo más remedio que aceptar. Jack liberó a Satanás de su prisión de lana y los dos se separaron.
Precisamente diez años después, Satanás regresó al pequeño pueblo irlandés de Jack para recoger el alma inmunda del tacaño. Jack sabía el destino que aguardaba su alma, pero quería un pequeño refrigerio antes de ir al Inframundo.
Observando un manzano, Jack le pidió a Satanás que subiera al árbol y agarrara una manzana para él. No puedo decirte por qué, pero el Diablo siguió el juego. Una vez que Satanás estuvo en el árbol, Jack talló rápidamente una cruz en el tocón. Por segunda vez, Satanás estaba atrapado y a merced del tacaño una vez más
Tampoco tuvo reparo en seguir pidiendo favores, pues no le gustaba la idea del inframundo, presumiblemente porque en ese lugar había alcohol. Stingy Jack exigió que Satanás nunca tomara su alma.
Años más tarde, el cuerpo de Stingy Jack se rindió debido a su adicción y su alma comenzó el gran viaje al más allá. Ascendió al Cielo dónde lo esperaba San Pedro, pero él apóstol lo rechazó de las Puertas del Paraíso porque no era alma virtuosa o piadosa en el mejor de los casos.
Jack descendió a los Infiernos, pero fue rechazado allí porque Satanás juró que nunca tomaría su alma. Fue así que Stingy Jack fue condenado a pasar la eternidad como un alma en pena en el mundo de los vivos.
Satanás se deleitó con el sombrío destino de su adversario y le arrojó un carbón del fuego del infierno solo para frotarlo. Jack, que siempre se servía de toda oportunidad, partió un nabo y puso el carbón dentro, creando una linterna. Desde entonces, el alma de Jack ha vagado por el reino de los vivos con su lámpara hecha con un nabo hueco iluminando su camino.
La historia de Stingy Jack se creó para explicar extrañas luces parpadeantes que la gente a veces veía flotando sobre turberas. Cuenta la leyenda que cuando ves una de esas luces, es el espíritu de Stingy Jack deambulando. A veces estas luces conducían en la oscuridad de la noche a las personas a su hogar otras veces las conducían a la muerte.
Hoy, estamos bastante seguros de que es un fenómeno natural causado por la combustión de gases de pantano, pero dejaré esta explicación para que los científicos lo expliquen con detalle.
En Irlanda y Escocia, la gente comenzó a tallar sus propias versiones de la linterna de Jack. Tallaron rostros espeluznantes en nabos o papas para alejar a los malos espíritus.
La tradición viajó a Inglaterra, donde las remolachas grandes se usaban comúnmente de la misma manera. Inmigrantes de todas partes de Irlanda, Escocia e Inglaterra llevaron esa tradición al otro lado del Atlántico cuando comenzaron a establecerse en América del Norte.
Ahora en lugar de tallar nabos o remolachas, usaron calabazas. Eran mucho más grandes y fáciles de tallar, especialmente para los niños.
La hambruna irlandesa de la papa a mediados del siglo XIX provocó una ola masiva de inmigrantes irlandeses en América del Norte. Ese evento probablemente hizo que las linternas de calabaza fueran aún más comunes.
Para 1866, las calabazas se habían convertido en un elemento básico de las celebraciones de Halloween. Un periódico de Ontario señaló el 1 de noviembre de ese año: “La vieja costumbre de celebrar Halloween no fue olvidada anoche por los jóvenes de la ciudad. Tenían sus máscaras y sus festejos, y deambulaban por las calles después del anochecer de una manera que sin duda les resultaba divertida. Hubo un gran sacrificio de calabazas con las que hacer cabezas y rostros transparentes, iluminados por las infalibles cinco pulgadas de vela de sebo”.
LAS CALABAZAS EN EL OCULTISMO:
La calabaza es egregor de riqueza y prosperidad pero también de protección y transformación, hay diversas leyendas, cuentos o relatos populares que integran calabazas encantadas que se utilizaron para distintos fines. Como fruta, la calabaza no sólo provee materia prima para fabricar diversos alimentos, desde guisos y sopas, hasta panificados y dulces muy elaborados. Además en tiempos remotos otras culturas los usaron para tallar contenedores y hacer utensilios domésticos por su dureza en crudo. En una época posterior se fabricaron pantallas de lámparas con su cáscara.
La calabaza al igual que el coco y la granada simula una casa, es dura en su exterior y blanda por dentro donde aloja el corazón y las semillas. Por el tamaño que tiene la variedad curcubita y su practicidad para ser tallada se convirtió en célebre de la fiesta de Halloween.
Lo cierto es que una fruta de ese tamaño produce gran cantidad de materia prima para la elaboración de distintos alimentos, para alguien que se dedica al cultivo se convierte en la base de la dieta, la calabeza es fuente de vitaminas y minerales, además ayuda a depurar el intestino y es un gran remedio en momentos en que el sistema digestivo merece un descanso o recuperación, también es recetado por la medicina luego de las cirugías, por ser muy fácil de digerir. Sabemos por todo esto que también es egregor de sanación.
Esta fruta fue la base de la dieta anglosajona y posteriormente de los países de América del Norte gracias a la inmigración.
Así que por un lado la calabaza como luminaria y con su contextura rígida aparece su aspecto protector, el que resguarda el hogar cuando se conjura.
Su aspecto de riqueza y sanación cuando forma parte de las comidas o cuando se la ofrenda como sacrificio en las celebraciones, comer panificados con esta fruta en fechas exactas asegura la prosperidad durante el año.
Utilizada de manera hueca y como luminaria, si bien no espanta a los espíritus como dice la tradición, hace que estos queden encerrados en su interior, al estar encandilados por las velas. Tengan en cuenta que los espíritus se alimentan del fuego y de las partículas, si uno coloca una fruta cortada de seguro los espíritus se posaran alimentarse de sus moléculas.
Muchísimo más si ésta posee un rostro que además está ahuecado y conduce directo a su interior. Las figuras con ojos y boca atraen a los espíritus que añoran su cuerpo físico y están deseosos por ocupar uno. No les importa que objeto cumpla con estas características simplemente lo habitan sin dudarlo, no son entidades con conciencias grandes sino más son el tipo de entidades que obedecen ante una mínima orden.
Antiguamente se creía que las imágenes grotescas o terroríficas espantaban a los espíritus errantes, esta tradición está presente en muchas culturas. Un ejemplo de ello son los templos griegos con la imagen de la Gorgona o Medusa en sus frisos para evitar el ingreso de invitados no deseados al recinto. Lo mismo ocurre con la cultura nipona y el uso de las máscaras Oni en los hogares que se utilizan como protección, los Oni son yokai (demonios) del folklore popular.
Espero que les haya gustado.
S’.’A’.’
Fuente: www.irishcentral.com
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