top of page
fondopagina.png

OSTARA EN LA TRADICIÓN NÓRDICA:

Actualizado: 15 ago 2022

Se acerca Ostara, una festividad que celebramos el 21 de marzo y que tiene que ver con la llegada de la primavera y su equinoccio. En el hemisferio sur, Ostara se celebra alrededor del 21 de septiembre. Es la diosa de la fertilidad, por lo tanto, del “despertar” y del “renacer”, todo esto se enmarca en nuestra actividad vital Odinista:

El Odinismo como renacimiento y fuente de vida

Los dioses que se honran en estas fiestas son los dioses vánicos de la fertilidad, Freyr y Freya, como también Thor como hijo de la tierra. Además de Idunn y Nerthus, por su semejanza a Ostara y Jörd como diosa de la tierra.

Ostara, antiguo inglés, Eostre, es el nombre de una antigua divinidad germánica de la primavera, cuyo primer antecedente documental procede del monje benedictino Beda el Venerable (673-735) quien, en su libro historiográfico “De Temporum Ratione “, afirmaba que los anglosajones llamaban al mes de abril “eosturmonath “, en homenaje a una divinidad de ese nombre. Ēostre también se halla detrás del nombre de la Pascua en inglés: Easter

Etimológicamente, Ēostre deriva del proto-germánico *austrō, así como también de la raíz protoindoeuropea *aues-, que significa “brillar”. Es evidente el vínculo entre Eostre y la diosa griega del amanecer, Eos, la Aurora de los romanos. Se ha señalado también la relación de diosa germana de nombre Ostara, entre la “brillante” Ēostre y el viento del este, que es el “espíritu de la luz” llamado Austri, mencionado en la Edda en prosa.

Ostara es la diosa de la fertilidad asociada al comienzo de la primavera, es una diosa del amanecer o del despertar de las fuerzas germinativas. Guido von List afirmaba que Ostern era el festival del matrimonio del Dios Sol con la Diosa Tierra, concibiendo a Ostara como una representación de las fuerzas femeninas generadoras.

La Festividad de Ostara.

La festividad de Ostara se celebra o bien en el equinoccio de primavera o bien en la primera luna llena después del equinoccio. De hecho, las dependencias del calendario lunar para datar las festividades de la pascua cristiana aun vienen de ahí, celebraciones ancestralmente con un claro origen pagano.

La clave para Ostara no es otra sino: el despertar, resurgimiento, renovación, transformación, balance, renacimiento.

Cuando la primavera llega al punto medio, la noche y el día se sitúan en perfecto balance, con la luz incrementando y se celebra el 21 de marzo. El joven Dios Sol celebra una boda sagrada con la joven Diosa Doncella, quien concibe. En nueve meses, ella volverá hacer la Gran Madre. Es el tiempo de gran fertilidad, crecimiento y para animales acabados de nacer.

En la próxima Luna llena, llegará la bendición más brillante del año, en la cual celebramos la victoria de Thor sobre los gigantes, el Sol sobre los lobos que la persiguen, y el verano sobre el invierno. Es el festival de renovación, regocijo y fertilidad, aunque las fuerzas del invierno estén fuertemente presentes. En tiempos antiguos, el regalo de huevos coloreados a los amigos y afectos era una forma de desearles prosperidad para la estación próxima, un ritual mágico de prosperidad y fertilidad. La costumbre de Ostara ha sobrevivido en su festividad moderna de pascua (Easter que deriva del nombre de Eostre, diosa de la fertilidad) en los huevos de pascua y el conejo (que es uno de los animales sagrados de Eostre)

Ostara se entendía en la mitología germánica como la bendición más brillante del año, en la cual se celebraba la victoria de Thor sobre los gigantes, del Sol sobre los lobos que lo perseguían, y del verano sobre el invierno. Era el festival de renovación, regocijo y fertilidad, aunque las fuerzas del invierno se encontraban aún presentes y habría que esperar aún un poco para su desaparición total. Esta celebración trae la paz dentro de la oscuridad, nos ofrece la esperanza y la promesa del regreso de la luz… el retorno del sol, que aún pequeño bajo la protección de su madre, a quien ya le fue arrebatado, nos entrega la semilla de luz que deberá brillar en nosotros en momentos que a lo mejor todo parece incierto y tormentoso.

Para los pueblos Indoeuropeos, hay dos tipos de festividades encuadradas en un Eje Norte-Sur, polar, que son los solsticios, y que nos recuerdan todavía nuestro arcano origen Hiperbóreo, muy al norte, de donde somos originarios los europeos, ya testificado por numerosas pruebas, especialmente lingüísticas. Estas festividades son las fundamentales, y todo gira en torno a ellas.

El otro tipo de festividades, giran en un eje equinoccial, horizontal y son los equinoccios de primavera y verano. Desde Luego que son fiesta menor comparadas con los Solsticios, pero hay que valorarlas en su esencia Vánica y Ctónica:

Las verdaderas fiestas transicionales, donde el hombre sale de estado de hibernación para despertar otra vez con la naturaleza, pues somos naturaleza, a los árboles se les caen las hojas en otoño, al hombre el pelo. En primavera la fuerza vital brota con una energía imparable, el apareamiento lo vemos a doquier en la naturaleza, y dentro de nosotros mismos sentimos también esa fuerza brotar en nosotros, ese ACOPLAMIENTO con la naturaleza es lo que celebramos. Volvemos a la vida, damos gracias a los Dioses por haber superado el invierno, aunque en nuestro civilizado mundo, las centrales nucleares alumbren y calienten este invierno, no podemos frenar lo que OSTARA nos trae…

Los Odinistas, que vivimos según el ciclo natural de nuestra madre tierra, saludamos la primavera, con un ojo puesto en el verano, pero sin decir todavía adiós al invierno, sometemos a nuestro cuerpo al permanente ejercicio de la ADAPTACIÓN AL CAMBIO, y nos vamos acostumbrando a la nueva estación, Es el Círculo que nunca acaba…

Es tiempo para establecer nuevas relaciones, de enamorarse para quien lo haya perdido, de aspirar un profundo aliento de vida y de vivir, dejar que una sombra verde de crecimiento nos traspase y ser uno más con la naturaleza y los Dioses.

Ya está bien que nos acodemos de Hrund, Eir, Hrist y Skuld. Que «son llamadas las Nornas que moldean la necesidad», y representan el triunfo de la vida sobre la muerte…

Es tiempo ahora de adorar a los Vanes, pedirle a nuestra Madre Frejya, que nos de ese Halo vital del que hablaba antes, de pedir por la cosecha, pues ya sembramos en el invierno, cuando solo había escarcha. Hablar con Freyr. Freyr está asociado con el Sol. Es el dios de la paz y la fertilidad, El viaje de Skirnir al inframundo es un símbolo de los meses de invierno en las tierras Nórdicas, donde hay períodos largos de oscuridad, ahora llega la luz, y con ella se borran las tinieblas. El Festival de Ostara marca el fin del invierno y el comienzo de la época del renacimiento, la primavera. Los escandinavos lo celebraban con un blót – un sacrificio – en honor de las diosas Frigg y Frejya y el dios Freyr, dioses asociados con la fertilidad.

RITUALES DE PASO:

Para los germanos el equinoccio también simbolizaba el cambio de niño a adolescente y con ello el comienzo de su sexualidad. En Ostara se unen la diosa de la fertilidad Nerthus con Njörd y nace el dios de la fertilidad Freyr. También era costumbre de admitir en el Várþing(tribunal de Primavera presidido por las tres Gothis) a los jóvenes para que formen parte del círculo de guerreros. Un Thing consagrado a las deidades vánicas. También era la temporada de las procesiones en honor de Freyr y los Vanir. Para ello se portaban estatuas de estos dioses para que cada uno los pudiera tocar y con ello se trasmitía su fertilidad. En estas procesiones era prohibido llevar armas ya que eran consagrados a la vida y a la paz. Las hoy tan acostumbradas marchas de paz en Pascua aun dan fe de ello. En los juegos rituales se simboliza la lucha entre el que acaba de irse y el verano que está por llegar, pues quien queda el verano, elige novia.

Una tradición muy bonita es la de recoger agua de manantial en el alba del día de Ostara. Las chicas y mujeres jóvenes salen antes del alba en estricto silencio al manantial para recoger el agua en el momento que el sol rompe. A esta agua se le atribuye una serie de poderes curativos, y purificadores. Para ello los campesinos también llevaban los animales a beber en los manantiales este día y en algunas zonas de la Europa germánica se decora los manantiales y fuentes y se les hacen un ritual de consagración.

Conejos y huevos de pascua.

Antiguamente regalar huevos coloreados a los amigos y seres queridos era una forma de desearles buenos deseos para la próxima estación, un ritual mágico de prosperidad y fertilidad. Esta costumbre ha sobrevivido en la festividad moderna de La Pascua, en inglés Easter, con los típicos huevos de pascua y el conejo, uno de los animales sagrados de la festividad de Eostre.

Los protagonistas de Ostara son los conejos o liebres y los huevos. En los países germánicos el conejito de la pascua trae los huevos de pascua. La casa se decora con flores típicos de primavera, a los cuales se les cuelgan huevos pintados e imágenes de conejitos. Para cada miembro de la familia se elabora una especie de nido con huevos cocidos y también pintados, conejitos de chocolate y huevos de chocolate. Estos nidos se esconden la mañana de pascua y después cada uno tiene que buscar su nido. Los que disponen de jardín los esconden preferentemente ahí, pero también se hace dentro de las casas.

FUENTE: ASATRU ESPAÑA.




39 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

© 2023 para  Le Cõuleur. Creado con Wix.com

bottom of page